Visita a Hobbiton


Y respondiendo a las peticiones de Twitter sobre por dónde empezar a narrar mi viaje a Nueva Zelanda, comienzo con el plato fuerte: mi visita a Hobbiton. Pero, primero de todo, música para ambientar:


Para empezar, había que tener el día claro. Para nosotros iba a ser el 23 de abril, día del libro, que además coincidía en nuestra planificación del viaje en el lugar. Nosotros fuimos con la reserva hecha y pagada de mucho antes, concretamente en diciembre.

Para reservar, nos dirigimos a la página oficial de Hobbiton.Escogimos  el tour más comida, concretamente asistimos a un lunch o elevenses, porque somos igual de gochos que un hobbit.



Una vez ahí, es muy sencillo, sólo tenéis que seguir los pasos para registraros. Os recomendamos que reservéis con tiempo, que parece ser que vuela.

Pero vamos a lo que importa, la crónica del evento.

Nosotros llegamos el 23 de abril un poquito antes de tiempo, ya que nuestra cita era a las 9.50 de la mañana para poder darnos una vuelta y ver la tienda de regalos de la comarca (e ir al baño, pero eso era menos glamouroso). Recogimos nuestras preciosas entradas y un panfleto en castellano para que nos enteráramos un poco de que iba a ir la historia.

A eso de las diez menos cuarto nos pusimos en una especie de terminal de autobuses que nos tenía que llevar al set de rodaje. Muy ordenadamente, fuimos pasando y nos subimos en ese bus para nada discreto.

La foto no es mía, la cogí de pinterest. Ni pensé que necesitaría una foto del bus, la verdad.

He de decir que nuestra guía, Christie (o algo así, a saber cómo se escribía), hablaba en inglés. No sé si había tours en español, pero vamos, que de todas las cosas que hicimos tuvimos guía en inglés, supongo que por eso te daban el papelote con todo lo que decía en español. La verdad es que Christie hablaba muy claro y se le entendía muy bien, aunque también os he de decir que hay que saber un mínimo de inglés para enterarse y seguirla. Por desgracia, Nueva Zelanda no tiene muchos guías en español, y si los tiene, no los hemos encontrado.

Pues imaginaos la emoción en el párking, una colina nos separaba de Hobbiton, ese Hobbiton de las películas, pero el real. Así que comenzamos a andar y ya vimos el primer cartel con «Hobbiton» en aquel camino que hace Gandalf con Frodo en carro. Os podéis imaginar nuestro hype.



Y bueno, llegamos allí al cruzar la colina. Era exactamente igual que en las películas, con sus verdes colinas, sus puertecitas, sus plantas, su todo. Pero claro, es un escenario, ¿qué no era real en Hobbiton?

Recuqui.

A medida que íbamos avanzando por el set, pudimos ver que qué era real y qué no, sobre todo porque Christie nos lo contaba, que sino no nos enterábamos. Ya os voy a quitar la ilusión y os voy a decir que no hay ninguna casa hobbit hecha, sólo están los exteriores. Había una única puerta abierta y era para que la cámara pudiera hacer un plano desde el interior y ya.

Otro tema curioso es que toooodo lo que había de plantas eran reales (menos uno). Los jardines eran reales, las verduras, las frutas, todo. ¿Y cuál era la única planta que no era real? El árbol que crece sobre Bolsón cerrado.

¿A que parece de verdad? Pues no.

No os he contado, pero viene al caso, que cuando llegamos a Wellington (capital de Nueva Zelanda) en el ferry desde la isla sur, lo único que visitamos fue el Weta workshop, parte del estudio que se dedicó a hacer, entre otras muchas cosas, todos los materiales de ESDLA y el Hobbit. Ya os hablaré de nuestra visita a Weta workshop en otra entrada, pero al menos para que os suene lo que os tengo que decir.

Ya sabéis que encima de Bolsón Cerrado hay un árbol. También sabréis que ESDLA se rodó antes de El Hobbit. Y ya no sé si sabréis que no encontraron un árbol lo suficientemente bueno en el lugar y que lo trajeron desmontado y lo completaron como un puzzle. Ese es el árbol de ESDLA. Pero, ¿qué pasó con el árbol desmontado? Pues que se pudrió y ya no se pudo usar. Además, había que usar un árbol 60 años más joven, por lo que Weta tuvo que hacerlo entero y pintar a mano cada una de las hojas. Creo recordar que tardaron unos dos años en hacer esa obra de arte. Sin embargo, Peter Jackson, en el momento del rodaje, dijo que aquello no le gustaba y que tenían que pintar las hojas del árbol de un color más claro, pero que sólo tenían dos semanas. No os preocupéis, la historia termina bien y el árbol llegó a tiempo. Del árbol sólo te das cuenta que no es de verdad porque, aparte de llamativo, te lo tienen que decir y te tienes que acercar, sino no te enteras.

Otro apunte curioso sobre los árboles de allí es que hay manzanos y no ciruelos. Tolkien habla de niños hobbits subidos en ciruelos y comiendo de ellos, pero había un pequeño problema con los ciruelos neozelandeses: son enanos. Así que tuvieron que plantar manzanos, quitar todas las hojas y luego pegarles frutos y hojas. Sólo para 3 segundos. En la versión extendida.

¿Pero existe algún desalmado que no se enamore de estas colinas?
Otra cosa interesante que nos contaron fue que Peter Jackson se enamoró de la granja Alexander por sus colinitas verdes y sus verdes pastos y, sobre todo, por el laguito que menciona Tolkien en su libro. Lo bueno de todo es que, cómo sólo la usaban para pastoreo, pudieron llegar a un acuerdo con el dueño y hacer allí Hobbiton. ¿Problema? Hobbiton era un pantano, así que el ejército tuvo que drenarlo, sobre todo para poder poner allí la posada del dragón verde. De todas formas, cuando llueve mucho, parece ser que el lugar recuerda que era un pantano y aquello se convierte en un lodazal (por suerte no nos llovió).

Después de ver casitas hobbits y jardincitos, llegamos al final a la Posada del Dragón Verde, que sí que estaba construida por dentro.

Y así tal cual estaba. Preciosa.
Como explicaros, ¿jugáis al rol? ¿jugáis al rol medieval? ¿sabéis las posadas típicas? Pues estar en el Dragón Verde era estar dentro de una partida de rol. Nos dieron o cerveza o sidra. Yo opte por cidra, muy fresquita y muy rica, y mi marido (offtopic: se me hace raro llamarlo así) una cerveza oscura y densa, bastante interesante también.

Aquí tenéis ambientación para la partida de D&D. De nada.
Luego, nos llevaron a un comedor con buffet libre para poder tomar el elevenses. Allí había de todo: patatas, ensaladas, verduras cocidas, pasta, estofado de carne, postres… pudimos repetir todo lo que quisimos bajo la premisa de imitar lo máximo posible a un hobbit.

Y después de más de dos horas, nuestra estupenda guía nos recogió y nos acompañó al bus de vuelta. Allí pudimos ver las escenas de la película y compararlas con lo que habíamos visto.

He de decir que ahí nos emocionamos un poquito. Inserto aquí anécdota personal: cuando nos conocimos mi ahora marido y yo, estaba todo el hype de ESDLA. Es más, el primer regalo que me hizo, el cual guardo con infinito cariño, es un evenstar de plata que me encanta y que guardo bien abrillantado siempre, así que ya os podéis imaginar que, aparte de por lo frikis que podamos ser, ESDLA es algo importante para nosotros y tiene mucho más significado de lo visible. Y qué narices, no vas a ser friki, ir a Nueva Zelanda y no ver Hobbiton. Vamos, ya os digo que era lo que más ilusión me hacía de todo. Y os puedo asegurar, de verdad, que no decepcionó. Ni un poquito.

¡Una experiencia totalmente recomendable para todo el mundo!

Y aquí van MÁS fotos para el ansia viva.

Yo podría vivir aquí sin problema.

Aquí Ysora Preysler enseña su jardín en primicia para "¡Hola, Comarca!"


Imagen promocional para el día del libro que no usé, pero que ahora uso para que veáis que sí estuve ahí y no es un decorado.

Bolsón cerrado


Al final, lo que importa es dónde está la posada.


Este molino funcionaba de verdad.

Ya sabéis porqué se llamaba posada del dragón verde.

¿Qué le pongo hoy?


Ysora

Librera y lectora empedernida, aficionada al manga y al cómic desde edad temprana, su gran afición es encontrar obras extrañas y diferentes para poder disfrutarlas sola y en compañía.

2 comentarios:

  1. ¡Me requetencanta! Es cierto que yo no soy una gran fan de ESDLA, pero aún así me encanta. :D

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    1. Te hubiera encantado Hobbiton. Nos acordamos mucho de ti porque nos resultaba todo «encantador», jajajaja

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