Finde en la selva de Irati


No sé cómo, quizás en algún artículo de algún periódico que leí hace algún tiempo, leí de lugares bonitos de España para hacer senderismo y entrar en contacto con la naturaleza. Uno de ellos era el impresionante hayedo del bosque de Irati en Navarra y, cómo era pleno agosto y necesitaba desesperadamente escapar de Madrid y abrazar árboles, convencí a toda mi tropa y allí nos dirigimos.


Os cuento la logística del tema y qué hicimos a continuación.

Alojamiento



Nosotros decidimos ir a Isaba a pasar la noche. Para buscar alojamiento, solemos utilizar la página web escapadarural.com, que ya hemos utilizado para nuestro viaje a Asturias y para alquilar la casa rural de la boda medieval.

                Allí encontramos una casa rural muy apañada de precio, llamada Francisco Mayo, en Isaba, muy cerca de Ochagavía, una de las puertas a la zona de Irati. Se alquilaba por habitaciones, pero nosotros cogimos las dos habitaciones de arriba del todo, que salían mucho más baratas porque no tenían baño dentro, pero lo compartían, aunque al ser cuatro personas, y todos amigos, íbamos a usar el mismo baño todos, así que sin problema.

                La dueña de la casa, Idoia, es un amor de persona. Nos ayudó e informó de varias rutas y nos preparó unos desayunos de esos míticos, de esos de ponerse a llorar de la emoción, por lo que si vais allí, os recomendamos que, por 6 euros míseros euros, os lo cojáis y disfrutéis de un buen desayuno para poneros las pilas.

                Nosotros llegamos el viernes por la noche y volvimos el domingo por la tarde. Las habitaciones estaban limpias, el baño igual y el pueblo era precioso. Así que, recomendado queda.

Las excursiones


Nosotros fuimos de excursión el sábado por la mañana y el domingo por la mañana. Para la excursión del sábado por la mañana, nos fuimos a Ochagavía y allí visitamos el centro de visitantes para preguntar por diferentes rutas. Optamos por una ruta muy sencilla por el hayedo de Irati hasta el embalse de Irabia. Si no recuerdo mal, tardamos dos horas ida, dos horas vuelta porque íbamos lento. Después, comimos en el restaurante del párking y muy bien, la verdad.

                Os adjunto la información en PDF de varias rutas por Irati. Información sacada de la página oficial.


MAPA-IRATI by Ysora Luinwe on Scribd



                Al día siguiente, hicimos una pequeña, pero preciosa ruta, desde Isaba a la cascada de Belabarce. Vale mucho la pena hacerla, es fácil, casi todo el camino es llano, y no se tarda más de una hora ida y otra vuelta.

Cascada de Belabarce

               Antes de irnos a casa, paramos en El Roncal, compramos queso y algunas conservas típicas de Navarra, comimos en un restaurante de allí que no os voy a recomendar porque no me gustó nada, y volvimos a Madrid.

¿Dónde comimos?


Primero de todo, recomiendo que reservéis. Los sitios son pequeños y aquello es bastante turístico.

La primera noche comimos en el restaurante Emeka y nos encantó, os lo recomendamos. Al día siguiente, en el Azpirotz, el cual os recomiendo también. De todo, os diría que en el Emeka probárais sus carnes, aunque estaba todo bueno, y en el Azpirotz nos sorprendió gratamente los cardos y el pescado, muy bien cocinados.

                En el restaurante del parking de Irati, como ya os he dicho, comimos y de precio era razonable y la comida muy buena. Especial atención a las migas y al potaje con sus piparras. Lo único malo del sitio, es que está siempre lleno, pero se puede comer de bocadillos en la terraza de fuera si queréis.

Y bueno, qué decir. Ir a Irati un fin de semana es una escapada perfecta para poder disfrutar de la naturaleza y la hospitalidad y gastronomía navarra en pleno esplendor. Muy recomendable.

Por favor, por favor, no quiero volver a Madrid, por favor....



Ysora

Librera y lectora empedernida, aficionada al manga y al cómic desde edad temprana, su gran afición es encontrar obras extrañas y diferentes para poder disfrutarlas sola y en compañía.

2 comentarios:

  1. Fue estupendo, maravilloso, genial, delicioso, mítico y fantabuloso. Desde el pueblecito de Isaba que era de postal y que parecía sacado de una peli de fantaterror español de los setenta, todo lleno de madera y flores, hasta la última gota del agua de la cascada.

    Como una es poco deportista, reconozco que me costó, pero valió la pena de principio a fin. Recomendable al 100%, salvo por el bajonazo que representa dejar ese paraíso de aire limpio, fresquito, noches de manta y miel con textura de ladrillo, y volver al caloraco pestilente de Madrid.

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    1. Nos costó llevarte a los sitios, pero luego cualquiera te sacaba fuera xD

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